Hoy os traigo una receta que encontré en un calendario religioso de Xàtiva que le regaló mi tío Rafa a mi marido (gracias tito!😚).
Revisando el calendario, detrás de cada mes, había una receta que hacían las monjas. Escogí esta porque parecía sencilla y tan sólo tenía 4 ingredientes.
Resultado: una textura de polvorón buenísima pero sin grasa de cerdo!
Lo único que llenan mucho y yo, como era la primera vez, hice los pastelitos muy grandes.
Además la modifiqué un poco, en vez de rellenar con cabello de ángel le puse mermelada de naranja dulce. La mezcla es es-pec-ta-cu-lar!😱
Ingredientes:
-1kg de harina
-1/2 litro de aceite de oliva suave (0.4º)
-1/4 de cazalla (una bebida tipo anís que yo conseguí en el bar de al lado)
- 1 bote de mermelada de naranja dulce
Preparación:
Precalentar el horno a 210º
Mezclar la cazalla con el aceite e ir incorporando la harina hasta formar una masa que no se pegue (no queda masa como de pan ni como de bizcocho). Si crees que hay que añadir un pelín más de harina lo haces poco a poco, a pellizquitos, lo justo para poder cogerla y dar forma de bola con la palma de las manos sin que se pegue.
Aplastar con los dedos y poner en una bandeja con papel de horno.
Untar mermelada de naranja dulce y hacer otra bola de masa y dar la forma para tapar la mermelada con la otra parte.
Hornear hasta coger el dorado que nos guste.
Sacar del horno y espolvorear un poco de azúcar glass.
Recomiendo tener algo para beber, agua, zumo, moscatell... Recordad que es textura consistente de polvorón!
Pero está buenísimo este dulce!
